Oxígeno!

. .. Recuerdo esperar angustiada los resultados de la biopsia; mi padre siempre fué una persona sana: no fumaba no bebía, no se desvelaba,Seguía practicando natación.Aún contra la ley de probabilidades los resultados no eran los que yo esperaba.

Cáncer una de las palabras más temidas:de las enfermedades más terribles que van consumiendo la salud de una persona tal como el fuego consume una vela, de a poquito.

Mi padre murió dos años más tarde, su calidad de vida fué disminuyendo al punto que ya no era capaz de respirar por sí mismo y ya no podía caminar. Su partida fué tranquila: se quedó dormido y ya no despertó. Un viernes de Dolores y realmente para mi fue el día más doloroso de mi vida. El ser que más amaba y admiraba en el mundo ya no estaba más conmigo. No volvería a escuchar su voz ni recibir un abrazo ni un beso suyo. ..

En esa época correr fue mi salvación. Un refugio donde a veces corría llorando hasta que me sentía liberada. Ponerme los audífonos y los tenis se volvió en el momento más esperado para mi, quedaba físicamente tan exhausta que ya no me quedaba energía para cuestionarme cosas que ya no tenían remedio..

Correr libera la hormona de la felicidad, es por eso que se hace adictivo. Es el momento para estar con uno mismo y sus pensamientos. No cuesta nada ya que no tienes que pagar un gimnasio y tampoco tienes horario fijo. Es uno de los deportes que más autodisciplina puede darte, ya que cuando quieres rendirte te obliga tu cabeza a dar un poco más y vas descubriendo poco a poco que los límites son mentales. Así fue como desde hace ocho años empecé a correr y nunca he dejado de hacerlo.

Diciembre 2019 otro momento espantoso y que marcaría mi vida ; sufrí acoso hace tiempo y decido hacerlo público. Mi teléfono no dejaba de sonar,las idas y venidas al ministerio público, amenazas de la persona que me acosaba . Fueron meses de muchísimo estrés, de no querer salir de casa, de quererme ir lejos. Pero ir hacia atrás ya no era opción; ser débil tampoco. Creí que no era lo suficientemente fuerte, pero si lo soy.

Seguía corriendo pero esta vez busqué algo que me resultara estimulante y sobre todo que toda mi energía fuera ocupada en algo positivo. Fue cuando me uní a los llamados “RETOS” que no son otra cosa que ponerte durante dos o cuatro semanas bajo régimen alimenticio( el mío era alto en proteínas) y en ese mismo tiempo llevar una disciplina casi militar en cuanto a entrenamiento físico. Era justo lo que necesitaba. El estrés fue liberado. Mi alma se sentía en paz. Todo lo negativo de esa experiencia que resultó traumática estaba siendo transformado.

Abril 2020 coronavirus, encierro. Angustia. Cuarentena. Las primeras semanas fueron de sentirme víctima, de estar enojada con todos y con todo. Estaba tan desmotivada que mi forma de empeorar las cosas fue comer toneladas de azúcar queriendo buscar alegria momentánea( lo cual solo provocaba estar más irritable, cansada y con dolor de cabeza) dejé de entrenarme y me la pasaba en pijama todo el día.

Hasta que me harté.No me reconocía en esa persona que se queja de todo pero sin hacer nada al respecto. Empecé por levantar mi ánimo: sabia que la manera más efectiva era volver a entrenarme (ejercitarme=hormona de la felicidad) volver a comer bien (no es mito : el exceso de azúcar provoca cansancio , irritabilidad y confusión mental) el hacer cosas positivas aumenta el autoestima y da alegría al espíritu.

Conclusión: se que sería irreal decir que todos los problemas de ansiedad se solucionan haciendo deporte. Pero créeme al menos puedes transformar ese exceso de energía (ansiedad, depresión) en movimiento y ese movimiento trae consecuencias positivas en todos los niveles: físico, mental, espiritual