Fotos

A veces quisiera que las fotos tuvieran un botón mágico que se apretara y fueran capaces de regresarnos al lugar y momento donde fueron tomadas

Febrero 2020 tenía apenas una semana que llegue a Europa, mi primer destino fue Madrid, el segundo sería Paris. Estaba tan entusiasmada por conocer que apenas pude dormir la noche anterior. Salimos del aeropuerto de Madrid con destino Paris. Delante de mi venia una familia con dos pequeños; no paraban de hablar de Eurodisney y la felicidad de conocer a Miley Mouse, su acento español me parecía todavía gracioso hablan casi susurrando o casi gritando .

El vuelo duro menos de tres horas , desde los cielos se veía un lugar con muchos lugares verdes.Paris me recibió con cielos nublados y un frío que no había experimentado nunca antes.

Recuerdo tomar un taxi rumbo al hotel, uno pequeño cuya terraza era en los jardines del mismo, si no fuera porque corría riesgo de que mis dedos se congelaran habría tomado café y un delicioso croissant en ese lugar.

Luego de registrarme camine un poco tratando de buscar un lugar para comer. Mis ojos veían tantas pastelerías y panaderías que inundaba mi sentido de la vista el olfato y aún sin probar nada, tan solo imaginarlo deshaciéndose en mi paladar se me hacía agua la boca . Paré en un restaurante pequeñito Aunque estaba ansiosa por tomar algo afuera mi temperatura corporal pedía que comiera adentro. Una deliciosa ensalada llena de colores, texturas y sabores hicieron una toda una experiencia aquella primera comida parisina. Tenía ya reserva de boletos para La Tore Eiffel,ansiaba conocerla y sabía que había paseos que te llevaban en lo que creía en elevadores hacia la cumbre. Seguí caminando llenándome la vista con su paisaje urbano y justo cruzando el Rio Sena cayó un diluvio. Yo no iba preparada, llevaba unos converse blancos, una gabardina café pero obviamente no era nada apropiada para un aguacero de esta magnitud, tuve que regresar al hotel cambiarme de ropa, secarme los tenis con la secadora de cabello que había en el hotel y volver a las calles, mi paseo para conocer a la famosa dama parisina era el acontecimiento de ese día . Luego de esperar a que se juntaran varios turistas más, pasamos a lo que es el corazón de esta belleza: Esta hermosura de hierro se construyó para la exposición universal que se llevó a cabo en la ciudad en 1889.


Dos ascensores originales todavía siguen funcionando en la torre Eiffel.. desde 1889 no ha habido un solo error en sus ascensores.. bueno no son ascensores en el sentido literal de la palabra, tampoco se puede decir que son teleféricos, yo diría que no tienen ningún referente. Son únicos, mediante un sistema de poleas, arrastra los cables que tiran de la cabina, suavemente , transportándola hasta lo alto, recorriendo así 128 metros de distancia entre la planta baja y la segunda planta, la represa de el sistema lo hace mágico .

En la segunda planta hay un restaurante y una tienda de souvenir que realmente yo pase de largo, estaba hipnotizada mi único objetivo era llegar hasta lo más alto. Y es justo ahí donde sientes la fuerza y el poderío de este monumento, estar en la cima, poder ver París literalmente a tus pies lo que lo hace una experiencia señorial. El reloj marcaba casi las 18:00 horas y el sol se ponía. Fue justo en ese momento donde sentía que si la felicidad puede definirse en un instante era ése Levante mi copa mientras agradecía al universo y a esa ciudad tan hermosa la hora y el lugar. .

Aprendiendo a Morir”

Para entrar a cualquier nueva etapa debes aprender a dejar tu pasado, tirar el candado de la puerta que cierrasy adaptarte al nuevo ciclo sin resistirte y sin voltear la vista atrás.

Un amigo me dijo:”quien sufre más es quien tarda en adaptarse” sus palabras calaron fuerte en mi alma.

Llevaba casi una semana quejándome de mi situación:

Diciembre de 2019 había tomado la mayor parte de mis ahorros, en mi trabajo las cosas fluían estupendamente así que reuní todo lo que pude de dinero y definitivamente mi idea era aventurarme a tierras lejanas. Fue una decisión que tome alocadamente (como casi todas las que son importantes en mi vida) pero estaba convencida de que era el momento ideal. Me iba de vacaciones quince días, y para que la emoción fuera total tome el reto de renunciar ya que llegando estaba segura de que encontraría un nuevo trabajo, ahorraría nuevamente y así visualizaba conocer todas las partes del mundo que en fotos me hacían soñar.

El frío de finales de Febrero me recibió con la calidez de u verano en Mexico. Conocí Madrid: la puerta de Alcalá, la tortilla de patatas, el colacao. Su gente alegre y bulliciosa, sus tapas, el aceite de olivo,Visite museos vi obras de famosos artistas que solo conocía en internet.

La siguiente semana viaje a paris, olalá por fin mis pies pisaron la Torre Eiffel, me maravillé con la hermosa dama de hierro tome champaña en la cima y la vi vestirse de gala en destellos azules . Comí los más deliciosos macarrones, la baguette en los famosos cafecitos parisinos.. solo noté solos los museos: el museo De Louvre estaba cerrado. nadie dijo nada, a los pocos turistas que teníamos más de una hora parados en el frío que quemaba se nos dijo que abrirían quizás si, quizás no.. pero siempre fue un NO

Por las noticias locales fue como me enteré de que algo sucedía y por parientes en Mexico preguntándome que cómo iba todo;estaban muy preocupados por el coronavirus. Pero yo de primera mano no veía nada que me hiciera preocuparme.

Luego pase tres dias en Granada: la Alhambra, la “tierra ensangrentada” su influencia árabe la hermosura de sus calles y el folclore de la gente, me enamore profundamente de sus famosas teterias.

Regresando apenas supimos que estaban muy alarmados en Madrid y que el último vuelo que saldría a Mexico sería en el que yo iba de regreso. En el aeropuerto si había tensión: mucha gente llevaba tapabocas y guantes mientras otros muchos decaían que era exagerado que era como una gripa.

Apenas llegue a Mexico supe que las cifras en Italia y España era alarmantes. Italia estaba en cuarentena y Madrid había pasado a ser el segundo país más afectado en Europa, fue apenas que me percaté de que estaba pasando.

Los amigos que sabían que yo había estado en Europa me trataban como si estuviera apestada a pesar de que me hice la prueba y afortunadamente salí negativa, viví en carne propia lo que es sentir que la gente te huye y rechaza.

Conseguí un empleo que pensé sería temporal y que ya ganaba menos, estaba contenta. Fue cuando llegó a Mexico el bicho, y entonces me advirtieron que si cerrábamos no me pagarían. Mi decisión fue enojo, pero honestamente pensé era más importante la solución que el enojo y al final estoy segura de ingeniármelas para salir adelante .

Después de eso mi mente quedó en blanco. Era adicta al trabajo.no sé estar en casa. No se que hacer con el tiempo libre.

Mi situación económica pasó de estable a no tener idea qué pasaría conmigo, mis planes se vinieron abajo y de repente no entendía nada..

creo fue justicia y una gran lección: el universo nos enseña a parar, a pensar, a volver a nuestras raíces, la cuarentena nos obliga a la reflexión. Nos hace solidarios, nos hace cuidarnos unos a otros ya que si el vecino está bien todos estamos bien . En lo personal sentirme excluida y que la gente me huía me hizo ponerme en los pies de otras personas , la discriminacion que muchas veces ejercemos por estupidez o por ignorancia hacía cosas que no conocemos .

La vida nos enseña que no hay que dar nada por hecho, no existe certeza de nada, somos vulnerables aunque a veces nuestra soberbia nos hace creer que tenemos cada cosa bajo control.

Mis días son largos. Pero saben? Cuando trato de encontrarle sentido a esto veo tanta desolación y tristeza pero también la oportunidad de empezar de nuevo, cerrar el ciclo de lo que fuimos antes, morir a esa etapa y entrar a una mucho mejor, más espiritual más real más cercana a la gente que amamos y muchas veces no le dimos un abrazo o un beso postergándolo para mañana.

Si después de esta pausa obligada seguimos siendo quien éramos antes, entonces no aprendimos nada