A mi padre 

A MI PADRE : 

Intente no escribir acerca de ti, dejando al descubierto todo el amor y admiración que te tengo, y el dolor tan enorme que significo perderte, pero sé que te hubiese encantado leer algo para ti, y hoy lo hago como una forma de honrar tu memoria

 

imposible no recordar los días de mi niñez, un solo roce de mis hermanos, e iba corriendo contigo logrando que los regañaras, siempre me sentí protegida, amada sin limites.

 Tenías el cabello revuelto, siempre te parabas sacando el pecho, y caminabas con la cabeza bien alta, todavía recuerdo que olías siempre bien y hasta el ultimo día te preocupaba que no se notaran tus canas.

Siempre quisiste darnos lo mejor: la mejor escuela y educación, quizás no te dabas cuenta que aprendimos más rápido con el ejemplo; fue por ti que aprendí que el mundo es de los valientes, que todo cuanto yo quisiera era posible si estaba dispuesta a trabajar duro por ello., que debía jugar mi juego, y afrontar mis miedos, decías: “de lejos parecen un león de cerca no son más que gatitos”

Recuerdo cuando estabas enseñando a manejar a mis hermanas y se fue a estampar contra un poste; le exigiste que encendiera el auto de nuevo y siguiera manejando “ si no superas el miedo ahora, jamás volverás a manejar”

Me enseñaste la alegría de vivir, el amor por la poesía, por la lectura, tu libro favorito “el principito” me gusto tanto, que después de que me lo leíste, nunca deje de hacerlo, te encantaba el deporte :fuiste campeón de natación :el agua era tu elemento.

Lo que más me enorgullece de ti era tu alma guerrera, siempre lo fuiste, cuando te diagnosticaron cáncer luchaste con uñas y dientes, diste todo lo que tenías para vencerla, cuando ya no quisiste seguir ningún tratamiento no lo entendí, tú habías tomado de manera serena la muerte, dejaste de temerle y te dedicaste a vivir

Los días antes de tu partida ,nos tenías a todas tus hijas a tu alrededor, viendo películas de caricaturas y comiendo chocolates, creo que presentías que pronto te irías y querías que disfrutáramos de nuestra mutua compañía, ese creo que fue el mejor regalo que me dejaste; la dicha de disfrutarte como cuando éramos pequeñas.

Sé que aunque ya no te pueda ver estás conmigo, no cuando te lloro o siento melancolía, sino cuando me siento serena, fuerte y capaz, te veo en el mar, en el sol, en cada arrebato de valentía que siento.

Han pasado ya tres años de tu partida, pero para mí es como si no pasara el tiempo, se que tu descanso es feliz, que desde donde estás te sientes tranquilo, eres ligero como pluma y tus dolores cesaron y es cuando siento alegría de haberte perdido, se que merecías un descanso.

 

Siempre quise que supieras que el tener altas expectativas de mí era una enorme responsabilidad que no debía defraudar, y hoy cada cosa que hago la hago pensando en que estés orgulloso de mí, que sepas que sembraste en mí la idea loca de que el mundo me pertenece , que todo se puede y que debo dejar al Mundo un poco mejor de cómo estaba antes que yo llegara.

Te amo papá.

 

3 pensamientos en “A mi padre 

Los comentarios están cerrados.